En el mundo actual, donde las horas parecen deslizarse entre clics y desplazamientos en pantallas, el mensaje es claro: tu bienestar físico y mental es una prioridad que merece tiempo y dedicación. La actividad física juega un papel fundamental en el mantenimiento de un estilo de vida saludable, influyendo positivamente en nuestro bienestar mental y físico. El ejercicio regular no solo ayuda a mantener un peso corporal adecuado, sino que también contribuye a reducir el riesgo de muchas enfermedades. En la era del estilo de vida sedentario, encontrar tiempo para moverse es esencial para preservar la salud a largo plazo.
Rol de la actividad física en la prevención de enfermedades
La actividad física es insustituible en la prevención de muchas enfermedades, como la diabetes tipo 2, enfermedades del corazón o hipertensión. Los ejercicios regulares fortalecen el músculo cardíaco, mejorando la circulación de la sangre y reduciendo la presión arterial. Esto, a su vez, disminuye significativamente el riesgo de infarto de miocardio o accidente cerebrovascular. Además, la actividad física aumenta la sensibilidad del cuerpo a la insulina, lo que es clave en la prevención de la diabetes.
Otro aspecto importante es el impacto del ejercicio regular en el nivel de colesterol. El movimiento ayuda a reducir el nivel de colesterol LDL «malo», al mismo tiempo que aumenta el nivel de colesterol HDL «bueno». Esto resulta en un menor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. La actividad física regular también mejora el funcionamiento del sistema inmunológico, lo que hace que el cuerpo sea más eficaz en el manejo de infecciones.
Impacto en la salud mental
El impacto de la actividad física en la salud mental no puede ser subestimado. El ejercicio físico es un antidepresivo natural. Durante el esfuerzo físico, en nuestro cuerpo se liberan endorfinas, conocidas como hormonas de la felicidad. Gracias a ellas, nuestro estado de ánimo mejora, y el estrés y la tensión disminuyen. El movimiento regular también tiene un impacto positivo en la calidad del sueño, lo que es extremadamente importante para nuestra salud mental.
Además, la actividad física mejora la autoestima y la percepción de nuestro cuerpo. Gracias al ejercicio regular, nos sentimos mejor en nuestra propia piel, lo que resulta en una mayor confianza en sí mismo y bienestar general. También es importante el hecho de que el deporte puede ser una forma de hacer nuevos amigos y construir relaciones sociales, lo que también afecta nuestra salud mental.
¿Cómo comenzar y mantener la regularidad?
Empezar la aventura con la actividad física puede parecer difícil, pero la clave es encontrar una forma de movimiento que nos dé placer. Quiero que pienses en una actividad que te haría sonreír solo de pensar en practicarla. No tiene que ser de inmediato un entrenamiento intenso. Vale la pena empezar con cortos paseos, ciclismo o natación. Es importante que el ejercicio se convierta en parte de nuestra rutina. Planificar días y horas fijos para la actividad física ayuda a construir el hábito.
La motivación para ejercitarse regularmente puede venir de diferentes direcciones y puede ser tan única como tú. Es bueno establecer objetivos realistas, por ejemplo, mejorar la condición física, perder unos kilos o participar en una carrera de 5 km. Seguir el progreso, por ejemplo, a través de aplicaciones móviles, también puede ser un gran apoyo.
Elena Alonso